09/07/2024
Actualidad
Tras años de protestas y reclamaciones en torno al sistema de acceso a los estudios universitarios por parte de alumnos y diversos profesionales de la educación, la tan temida “Selectividad”, EBAU y sus otras muchas denominaciones, se reconvierte en una nueva prueba con vocación de ser más equitativa que la anterior.
El nuevo examen ha quedado fijado por el Real Decreto 534/2024, de 11 de junio , por el que se regulan los requisitos de acceso a las enseñanzas universitarias oficiales de Grado, las características básicas de la prueba de acceso y la normativa básica de los procedimientos de admisión. Su implantación comenzará en junio del próximo año.
Pero ¿por qué es necesario un examen?
Esta prueba, como evaluación externa, pretende medir en condiciones de igualdad a todos los estudiantes, procedieran del centro que procedieran, de cara a ordenarlos por calificación en el acceso a las distintas titulaciones universitarias. La tarea de esa evaluación externa se encomendó por ello a las Universidades Públicas. Con el tiempo, se fue otorgando mayor peso a la calificación obtenida en Bachillerato pero exigiendo siempre, eso sí, acreditar unos niveles mínimos en las pruebas externas.
¿Cuáles son los antecedentes de este examen?
En el año 1975, se celebraron las primeras pruebas de Selectividad tanto en Madrid como en el resto de España. Eran el fruto de la Ley 30/1974, de 24 de julio conocida como ‘Ley Esteruelas’ por el Ministro que la firmaba, Cruz Martínez Esteruelas. En dicha Ley, se establecían las pruebas de acceso para el curso 1974/75, dejando atrás las reválidas de Bachillerato y abriendo la puerta a la necesidad de aprobación del Curso de Orientación Universitaria (COU) y de unas pruebas de acceso que se irían modificando con el paso del tiempo hasta contar con el formato con el que las hemos venido conociendo. La última etapa de esta evolución será la PAU, cuya intención es recuperar la finalidad de ese primer examen de acceso universitario: demostrar madurez suficiente para ingresar en la enseñanza superior.
¿Qué novedades se contemplan en la nueva Prueba de Acceso Universitario (PAU)?
1. Se pretende dar un enfoque más competencial, menos memorístico y por ello al menos un 70% de las respuestas de cada ejercicio deberán ser abiertas o contestaciones breves. El 30% restante serán preguntas con respuestas cerradas (tipo test o cuya respuesta sea solo una palabra).
Las preguntas y enunciados de los exámenes se basarán en contextos auténticos de carácter “artístico, científico, humanístico y tecnológico”, y, en la medida de lo posible, en ejemplos “próximos a la vida del alumnado”.
2. La coherencia y la corrección gramática, léxica y ortográfica de los textos contarán al menos un 10% en todas las preguntas de la PAU que impliquen la redacción de textos.
3. Para tratar de reducir disparidades entre correctores, cada examen irá acompañado de un documento para los criterios de corrección dirigidos a los examinadores. Y los criterios también se plasmarán, de forma somera y sin revelar las soluciones, en los ejercicios que se entregarán a los alumnos.
4. Se entregará un solo examen de cada materia
5. Los exámenes obligatorios seguirán siendo los mismos: Lengua Castellana y literatura; Historia de España o Historia de la filosofía (a elegir); Lengua extranjera; la materia específica obligatoria correspondiente a la rama de bachillerato cursada, y en caso de haberla, Lengua cooficial y literatura.
6. La calificación de la fase de acceso de la PAU, la obligatoria, se obtendrá mezclando el promedio de las notas de los exámenes, que deberá alcanzar al menos el 4, y pesará un 40%, y también la calificación media de Bachillerato, descontada Religión, que representará un 60%. La máxima calificación en dicha fase será 10. Los estudiantes podrán sumar hasta 4 puntos más, en los exámenes optativos ―dos por cada examen― en la llamada fase de admisión.
7. La duración de cada ejercicio será de hora y media
A pesar de los cambios y de las controversias que surgen año tras año, lo que es indudable es que esta prueba seguirá determinando el futuro de muchos jóvenes.