19/09/2023
Actualidad
En septiembre, con el comienzo de las clases universitarias, probablemente algunos alumnos de primer curso sufrirán novatadas, bien en sus facultades o en los colegios mayores que los acogen. Y es que para muchos estudiantes estas prácticas son un rito de acogimiento e integración. Ya en el siglo IV a. C. Platón y otros estudiantes dejaron testimonio de prácticas abusivas consistentes en preguntas que dejaban en evidencia la ignorancia de los nuevos estudiantes, que eran humillados públicamente. El Trabajo de Fin de Grado Bienvenidas sí, novatadas no hace un repaso por la evolución de estas prácticas que fueron convirtiéndose en actitudes de maltrato y ya se consideraban preocupantes a finales del siglo XIX. En el siglo XX se habían asentado estos ritos de iniciación, defendidos por los veteranos, aunque en muchos casos las consideradas bromas a los recién llegados, terminaban convirtiéndose en situaciones de maltrato y humillación. La obra NOvatadas: comprender para actuar explica que perpetrar una novatada es un acto de poder sobre otros, en el que el novato debe sumisión a los antiguos miembros de un grupo. Por lo tanto, sería una relación desigual en la que existe abuso y riesgo de sufrir algún daño, ya sea físico o emocional. En muchos casos estas novatadas han sido defendidas tanto por víctimas como por agresores, ya que los primeros se convierten en los veteranos que perpetran las novatadas en los años siguientes. También la sociedad y las instituciones las han defendido durante años al considerarlas bromas y tradiciones. Sin embargo, ante la realidad de la violencia y acoso que se ejerce en estas prácticas, las universidades y colegios mayores comenzaron a prohibirlas en sus estatutos y reglamentos. Un ejemplo es el protocolo existente en los colegios mayores de la Universidad Complutense de Madrid. En este documento se clasifica a las novatadas como formas de violencia física, psicológica y de naturaleza sexual y se establece una “comisión antinovatadas” para apoyar a las víctimas y recibir las denuncias pertinentes.
Estos planes y protocolos se encuentran respaldados por la Ley 3/2022, de 24 de febrero, de convivencia universitaria , en cuyo artículo 11 considera como falta muy grave realizar novatadas o cualesquiera otras conductas o actuaciones vejatorias, física o psicológicamente, que supongan un grave menoscabo para la dignidad de las personas y acosar o ejercer violencia grave contra cualquier miembro de la comunidad universitaria. Estas actuaciones conllevan sanciones consistentes en la expulsión de dos meses hasta tres años de la universidad o la pérdida de derechos de matrícula parcial, durante un curso o semestre académico.
Tal y como se expresa en el libro Las novatadas: el maltrato como diversión , las novatadas son experiencias que hemos minusvalorado y que pueden dar lugar a traumas. Y aunque estas situaciones pueden recordar a prácticas de bullying, lo cierto es que el objetivo de las novatadas no es agredir por agredir o hacer daño sin más y se hace de manera despersonalizada, pública y por un corto espacio de tiempo. No obstante, hay que entender que las novatadas no son una tradición, ni un rito de acogimiento, sino una forma de maltrato y violencia que es necesario que sea reconocido tanto por los agresores como por las víctimas y las instituciones para que se cumplan las leyes, protocolos y procedimientos sancionadores. Para este fin, las universidades en colaboración con otras instituciones ponen en marcha cada septiembre diferentes campañas. Este año Madrid con “Un nuevo septiembre ” y Salamanca con “Stop novatadas ” pretenden difundir su tolerancia cero ante estas acciones y apoyar a las personas que sufran cualquier práctica vejatoria en el inicio del nuevo curso, ya que la integración es posible, pero sin novatadas.