27/01/2020
Formación
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En el curso de verano organizado por la Universidad Internacional de Menéndez Pelayo y el Ministerio de Educación y Formación Profesional, Avanzando hacia prácticas inclusivas en los centros escolares, el ponente Pedro Da Silva Abrantes expone que la clave del cambio educativo experimentado en Portugal es el trabajo con las escuelas y los maestros partiendo del mismo concepto de educación inclusiva y de cinco retos interconectados:
1-Garantizar el acceso a una asistencia efectiva, reduciendo el abandono escolar precoz. Para ello es necesaria la articulación entre política social, educativa y laboral, involucrando a los municipios de forma activa.Salto de línea 2-Garantizar las condiciones de aprendizaje y éxito para todos con una intervención precoz y preventiva, un marco curricular inclusivo, programas estratégicos y movilizadores y un trabajo colaborativo con docentes y comunidades.Salto de línea 3-Garantizar el acceso a las mismas escuelas. Todo el alumnado está escolarizado en escuelas ordinarias. Han convertido los centros de Educación Especial en centros de recursos que trabajan en colaboración con las escuelas. Este proceso se ha realizado en 15 años.Salto de línea 4-Garantizar el acceso a un mismo currículo y a grupos heterogéneos. Esto implica un marco curricular inclusivo, flexibilidad curricular, grupos heterogéneos, “co-docencia”, apoyos dentro y fuera de clase, trayectos curriculares alternativos y de currículos individuales específicos.Salto de línea 5-Garantizar el respeto por diferentes habilidades, culturas e intereses de los alumnos. Para ello es necesario un marco curricular intercultural, impulso de la educación para la ciudadanía, cooperación con la sociedad civil y las comunidades locales y programas focalizados en territorios marginados.
En 2018 Portugal sacó una nueva ley de educación donde todas las medidas que se han desarrollado están conectadas en el marco de una educación inclusiva.