Esta publicación presentaba una propuesta para la evaluación de la Educación Infantil que incluía tres dimensiones: la evaluación de los aprendizajes del alumnado al finalizar dicha etapa, los procedimientos educativos desarrollados en el aula y los contextos escolar y familiar. Pretendía ser un modelo o punto de partida hacia un marco estable de la evaluación en esta etapa que, además, sirviera de referencia para estudios posteriores e impulsara el desarrollo de la evaluación externa durante los primeros años de escolaridad.
Este modelo de evaluación detallaba la fundamentación teórica, el diseño de los instrumentos y los procedimientos utilizados en el estudio piloto llevado a cabo para comprobar su viabilidad y las conclusiones obtenidas.
Se añadieron, finalmente, ejemplos ilustrativos de preguntas y actividades de evaluación del rendimiento de los alumnos en las distintas áreas, así como de los procesos educativos en el aula.