La ponencia gira alrededor del informe de la Comisión Europea del 2022 «Un Enfoque Escolar Integral para el aprendizaje de la Sostenibilidad Medioambiental», y da respuesta a las preguntas: qué es el Enfoque Escolar Integral, qué apariencia tiene en la práctica, qué marcos de referencia ayudan a implementarlo, qué se ha aprendido con su implementación y, por último, cómo se sabe si va por el buen camino.
Se ponen de relieve la dos agendas que se tienen como marco, la Agenda 2030 y el Pacto Verde Europeo. En ellas, se habla de cambios educativos. Hasta ahora, se ha incidido en el aprender a conocer, pero no en el aprender a ser o aprender a hacer. Según el informe Pisa de la OCDE, el 79% de los estudiantes en 37 países saben acerca del cambio climático, el calentamiento de la tierra, pero no saben cómo y cuándo actuar. En este sentido, se destacan los siguientes documentos: la Recomendación del Consejo de 16 de junio de 2022 relativa al aprendizaje para la transición ecológica y el desarrollo sostenible y la GreenComp.
En respuesta a qué es el Enfoque Escolar Integral, se hace hincapié en la importancia de crear una cultura de sostenibilidad en el centro. Hay que aprender y vivir la sostenibilidad y llevarla fuera de las paredes del aula hacia la comunidad de la que se es parte. En cuanto a su visibilidad, la sostenibilidad tiene que poder verse en todos los lugares del centro e integrarse en su identidad. No sólo debe encontrase en los procesos de enseñanza aprendizaje, sino que debe aparecer en las instalaciones y en la apertura a la comunidad. Para saber si se está cerca de dicho enfoque, se formulan las siguientes preguntas: qué se enseña, dónde tienen lugar los aprendizajes, con quién aprendemos y si existe una cultura de sostenibilidad para saber si se está más cerca de este enfoque integral. También se habla de la importancia que tiene para su implementación el diseño de un Plan escolar para la Sostenibilidad en el centro, dirigir la mirada hacia el futuro, fomentar que el alumnado se ponga manos a la obra, contemplar un liderazgo distribuido en el centro, trabajar en la educación para el desarrollo sostenible y no sólo en la educación ambiental, así como aceptar la complejidad y no limitarse a resolver problemas.
Asimismo, se menciona el trabajo desarrollado por UNECE, un marco relevante para poder ayudar a los centros en este enfoque integral y en el que se pueden encontrar publicaciones de casos inspiradores, como algunos de los desarrollados en educación secundaria en Nueva Zelanda y Países Bajos.
Se concluye destacando la necesidad de formación del profesorado tanto inicial como permanente, así como los aportes que el sector universitario puede ofrecer ya que actualmente está en el proceso de incorporación de este enfoque integral.
Esta intervención muestra una mirada global del enfoque escolar integral con una mención explícita a la meta 4.7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, cuyo principio es generar un cambio en la educación y a través de la educación, desde la premisa del aprendizaje a lo largo de toda la vida que prepara a los individuos y las sociedades a afrontar los retos comunes promoviendo sociedades pacíficas y justas.
Se destaca el informe de la Unesco del 2021, «Reimaginar juntos nuestros futuros: Un nuevo contrato social para la educación», que refuerza la idea de la educación como un bien público y común que, desde este enfoque escolar integral, convierte a las escuelas en entornos inclusivos, colaborativos, seguros y libres de violencia y acoso, que hacen realidad las aspiraciones de cambio y de bienestar. También, se cita la Cumbre sobre la transformación de la educación, que tuvo lugar en Nueva York en septiembre de 2022, en la que se ha querido reposicionar a la educación al nivel más alto de la agenda política. La Unesco centró su atención en el cambio climático, en el aprendizaje digital, en la igualdad de género y en el acceso a la educación de niñas, niños y jóvenes tras las últimas crisis sufridas.
A continuación, se mencionan las revisiones actuales a la Recomendación sobre la educación para la Comprensión, Cooperación y la Paz internacionales y la Educación relativas a los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales de 1974 de la UNESCO. En ellas, se ha introducido el tema del desarrollo sostenible y la ciudadanía mundial pasa a ser considerada como medio que puede ayudar a crear puentes y vínculos entre las personas, las sociedades y el planeta.
En relación con el enfoque escolar integral, se comentan los tres ámbitos de aprendizaje de dicho enfoque: cognitivo, socio-emocional y el conductual. Desde la ciudadanía mundial, se ayuda al alumnado a asumir plenamente sus responsabilidades como actores en un mundo único e interdependiente y se les prepara para adquirir conocimientos, actitudes y habilidades que les permitan reflexionar críticamente y actuar sobre cuestiones referidas a la desigualdad. Igualmente, se reflexiona sobre las aperturas que deben tener las escuelas: apertura a lo personal, a la comunidad, a las diferencias y al arte y la cultura.
A continuación, se hace referencia a que la alianza convocada conjuntamente por Reino Unido, Japón y la UNESCO está abierta a todos los países interesados y dispuestos a hacer que su sistema educativo esté preparado para frenar el cambio climático en el ámbito del desarrollo sostenible. Además, se debe contribuir a cuatro factores clave de la transformación de la educación: enverdecer el aprendizaje, escuelas más ecológicas, reverdecer la capacidad y la preparación del profesorado y responsables políticos y ecologizar las comunidades.
Por último, se finaliza con el comentario de las experiencias de Brasil y Japón.