La Unesco trabaja con la Comisión Europea para fortalecer la capacidad de los sistemas educativos en la prevención del antisemitismo como parte de su mandato central de promover la educación para la ciudadanía mundial.
El Proyecto de Unesco, «Lucha contra el antisemitismo a través de la educación», es una de las actuaciones que promueve la Estrategia Europea de lucha contra el antisemitismo y promoción de la vida judía, sustentada en la Declaración de París de los Ministros de Educación de la Unión Europea de 17 de marzo de 2015 que hacía un llamamiento para reforzar el papel de la educación en la promoción de la ciudadanía y de los valores comunes de libertad, de tolerancia y de no discriminación. A este efecto, la Estrategia subraya que la Comisión Europea apoyará la formación de profesionales de la educación en cooperación con Unesco y OSCE, sobre la base de sus orientaciones sobre la lucha contra el antisemitismo a través de la educación.
El antisemitismo es una corriente global que supone una amenaza para las personas y comunidades judías, a la vez que socava las estructuras democráticas y la seguridad de las sociedades. La Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto lo define como “una cierta percepción de los judíos que puede expresarse como odio hacia los judíos. Las manifestaciones retóricas y físicas del antisemitismo están dirigidas hacia personas judías o no judías y/o sus bienes, y hacia instituciones comunitarias e instalaciones religiosas judías. El antisemitismo ha sido alimentado por la crisis sanitaria mundial y se ha acelerado a través de la red. Las teorías de conspiración que surgieron durante la pandemia se dirigieron a los judíos en particular, evocando viejos estereotipos y prejuicios antisemitas, que recuerdan dolorosamente a la propaganda nazi, además de usar otros nuevos. En 2019, el relator especial de la ONU sobre la libertad de religión o creencias, Ahmed Shaheed, llamó la atención sobre el hecho de que «(…) el antisemitismo, si los gobiernos no lo controlan, plantea riesgos no solo para los judíos, sino también para los miembros de otras comunidades minoritarias. El antisemitismo es tóxico para la democracia y el respeto mutuo de los ciudadanos y amenaza a todas las sociedades en las que no se cuestiona». Esto subraya la urgencia de contrarrestar eficazmente el antisemitismo en nuestras sociedades, así como la intolerancia, la discriminación y el odio en general.
España está experimentado una importante transformación educativa a través de la aprobación en 2020 de la nueva Ley Orgánica de Educación (LOMLOE). En este sentido, el sistema educativo español ofrece un enfoque centrado en el alumno, sin permitir ninguna discriminación por razón de nacimiento, origen racial o étnico, sexo, religión, opinión, discapacidad, edad, enfermedad, orientación sexual o identidad de género o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. En particular, la ley aboga por el estudio y el respeto de otras culturas, contribuye a la valoración de las diferencias culturales, así como al reconocimiento y la difusión de la historia y la cultura de las minorías étnicas presentes en nuestro país, para conocerlas mejor y reducir los estereotipos. Además, la ley también establece la enseñanza de hechos y conflictos históricos que han vulnerado gravemente los derechos humanos como el Holocausto judío.
Asimismo, los reales decretos para el desarrollo curricular de las distintas etapas educativas contemplan la adopción de un currículo basado en competencias, tomando como marco la Recomendación del Consejo de Europa de 22 de mayo de 2018 sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente, entre las que podemos destacar la competencia personal, social y para aprender a aprender, la competencia cívica y la competencia de conciencia y expresión cultural. Los citados decretos también incluyen una nueva materia en los currículos de Educación Primaria y Secundaria Obligatoria: «Educación en valores cívicos y éticos», que incluye contenidos referidos a la Constitución española, el conocimiento y respeto de los derechos humanos y de la Infancia, la educación para el desarrollo sostenible y la ciudadanía global, la igualdad entre hombres y mujeres y el valor del respeto a la diversidad, el fomento del espíritu crítico y la cultura de la paz y la no violencia.
España siempre ha mostrado su interés en luchar contra el antisemitismo. Así, nuestro país es miembro de la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto (IHRA), cuya delegación encabeza Centro Sefarad-Israel, institución nacional dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación que colabora estrechamente, junto con el Ministerio de Educación, con la Escuela Internacional para el Estudio del Holocausto Yad Vashem (Israel).
La cultura y el legado judío también forman parte de la historia de España. Todo tipo de manifestaciones religiosas y culturales tienen cabida en nuestra sociedad actual. Y es del interés de todas las naciones democráticas combatir la discriminación y favorecer la formación del alumnado, profesorado y familias contra la intolerancia y el odio.
En este sentido, este ministerio aceptó la invitación a participar en esta iniciativa coordinada por la Unesco, la Comisión Europea y la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos de la OSCE, y que se está desarrollando en varios países de la Unión Europea. Así mismo, se ha incluido como una de las actuaciones recogidas en el Plan Nacional para la Implementación de la Estrategia Europea de lucha contra el Antisemitismo (2023-2030)
El proyecto «Lucha contra el antisemitismo a través de la educación en Europa», implementado por la Unesco en asociación con OSCE/ODIHR y financiado por la Comisión Europea, trabaja en dos componentes: desarrollo de capacidades para los sistemas educativos en varios estados miembros de la UE y un componente de investigación separado.
Tiene por objetivo general garantizar que los sistemas educativos en Europa contribuyan a luchar contra el antisemitismo a través de la educación, promoviendo una cultura de paz y no violencia, la educación para la ciudadanía mundial y la valoración de la diversidad cultural, conforme al ODS 4.7
Como objetivos específicos plantea:
El marco temporal del proyecto es hasta final de 2024.