Tradicionalmente, el potencial de los tiempos y espacios de recreo no ha sido desarrollado en los centros educativos en su plenitud. Sin embargo, en estos espacios es donde se producen las primeras relaciones sociales de las niñas y los niños fuera de su ámbito familiar.
En los últimos tiempos, los patios han empezado a verse como espacios de aprendizaje más allá de las aulas, potenciando las habilidades para el desarrollo de las relaciones interpersonales, la creatividad, la cooperación, la inclusión, la convivencia y la competencia ciudadana.