La informática ha transformado completamente nuestra sociedad, revolucionando incluso la manera de aprender. La educación en el siglo XXI no puede entenderse sin el empleo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), que han puesto al servicio de la comunidad educativa la utilidad de internet, la informática y los nuevos medios de comunicación. Preparar a los estudiantes de generaciones futuras para la sociedad digitalizada en la que están inmersos a través de las políticas educativas es una de las responsabilidades principales de los países y entidades gubernamentales. Así, ICILS proporciona a los sistemas educativos y a los responsables políticos una fuente importante de datos sobre los contextos y resultados de los programas educativos relacionados con la competencia digital. El estudio ayuda a los países a comprender cómo se utilizan las TIC en el aula y su impacto en los métodos de enseñanza. También proporciona evidencias de cómo la competencia digital y el pensamiento computacional de los estudiantes se relacionan con contextos extraescolares que apoyan el aprendizaje.
A través de la recogida de datos y su ulterior análisis, ICILS pretende mejorar los conocimientos básicos, las destrezas y la comprensión que los estudiantes necesitan para desenvolverse con éxito en entornos informáticos y dinámicos. La participación en el estudio proporciona a los participantes datos comparativos fiables para ayudar a configurar sus políticas educativas en estos aspectos críticos. Además, la información recabada en ICILS permite a los países supervisar su progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la UNESCO, tales como el objetivo 4, que pretende garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos.
Por otro lado, en el contexto europeo, la competencia digital está bien establecida en los sistemas educativos de los países miembros, a partir de la Recomendación del Consejo de la Unión Europea, de mayo de 2018, relativa a las competencias para el aprendizaje permanente (Consejo de la Unión Europea, 2018 ). Con la entrada en vigor en 2020 de la última ley educativa, la Ley Orgánica de Modificación de la Ley Orgánica de Educación (LOMLOE), la competencia digital ha quedado establecida como una de las ocho competencias clave recogidas en el perfil de salida que el alumnado debe haber adquirido y desarrollado al finalizar la enseñanza obligatoria en España. Dada su importancia, existe la necesidad de conocer en qué estado se encuentra la competencia digital en el contexto de la Unión Europea.
Adicionalmente, la Resolución del Consejo relativa a un marco estratégico para la cooperación europea en el ámbito de la educación y la formación con miras al Espacio Europeo de Educación y más allá (Consejo de la Unión Europea, 2021 ), ha establecido una serie de niveles de referencia del rendimiento medio europeo en educación y formación para apoyar sus prioridades estratégicas en el periodo comprendido entre 2021 y 2030. Dichos niveles deben basarse únicamente en datos comparables y fiables y tener en cuenta las diferentes situaciones de cada uno de los Estados miembros, sin considerar objetivos específicos que cada país tendría que conseguir para 2025 o 2030. Sobre esta base, los Estados miembros han aprobado siete objetivos generales, a escala de la Unión Europea, que se deberían alcanzar. En particular, el segundo objetivo implica al alumnado con un bajo rendimiento en capacidades digitales, donde ha quedado establecido que, para 2030, el porcentaje de alumnos de 8.º grado con un bajo rendimiento en competencia digital debe ser inferior al 15 %. Es aquí donde ICILS 2023 juega un papel crucial, puesto que constituye el indicador de referencia para evaluar dicho objetivo estratégico. Por lo tanto, los resultados de este estudio resultan altamente importantes tanto desde el punto de vista nacional como del europeo.