12/03/2021
Actualidad
Categorías:
En la sociedad digital actual es necesario que toda la ciudadanía desarrolle capacidades, habilidades y actitudes que le permitan progresar personal y socialmente. Para ello, el sistema educativo trata de dar respuesta a la demanda generada por el avance de la ciencia y la técnica, mediante la integración, en el entorno formal de aprendizaje, de distintas herramientas como las mediáticas y digitales para alfabetizar en su uso a niños, niñas y jóvenes, y lograr la inclusión en la sociedad.
En el ámbito educativo, no todos los alumnos tienen las mismas oportunidades de usar las tecnologías debido a factores sociales y culturales, la falta de interés y confianza o apoyo social. Esto se une a la poca investigación que existe sobre las oportunidades de aprendizaje de las alfabetizaciones mediática y digital desde un enfoque inclusivo para estudiantes con diferentes capacidades e intereses. Por lo tanto, se apunta a la necesidad y desarrollo de nuevas pedagogías y entornos de aprendizaje para mejorar estas alfabetizaciones en cada joven de manera significativa. Una de las formas puede ser a través de la provisión de espacios de trabajo como «makerspaces», un modelo de aprendizaje basado en la realización de proyectos creativos (personales o colectivos) significativos. Las actividades son prácticas mediadas desde el punto de vista social y material que abarcan no solo el proceso de creación de un producto, sino también un proceso emocional, relacional y cultural que rodean su uso y construcción.
Las investigaciones sugieren que la experimentación y producción práctica mediante múltiples medios y contenido digital apoyan la participación crítica y creativa de los estudiantes. Asimismo, mejora el trabajo entre iguales y cambia las funciones tradicionales del docente, haciendo que los participantes aprendan de los demás. Por lo tanto, a medida que los niños y niñas se dedican a realizar actividades, también aprenden conocimientos y habilidades para dar a conocer su producción creativa y así llegar a comprender las formas en que estos conocimientos están incluidos en contextos socioculturales. Si incorporáramos modelos de aprendizaje como el de «makerspaces» a las aulas, estaríamos contribuyendo a formar ciudadanos y ciudadanas que usarían las plataformas y se comunicarían en ellas y en las redes de igual a igual.
Los «makerspaces» fomentan el uso de las habilidades centradas en la creatividad, el pensamiento crítico, la comunicación y la colaboración: las llamadas 4 C («Creativity», «Critical thinking», «Communication» and «Collaboration») por la Asociación americana de Habilidades para el siglo XXI. Mediante la implementación de «makerspaces» se puede fomentar su adquisición y desarrollo en el alumnado. No hay que olvidar tampoco que uno de los ejes sobre los que debería girar la pedagogía del siglo XXI es el interés del estudiante sobre lo que quiere aprender y es el profesorado un facilitador del aprendizaje. Un «makerspace» se convierte en un espacio ideal para que el alumno decida qué aprender y el docente lo guíe en su proceso de aprendizaje.