La sostenibilidad es un reto ineludible al que nuestra sociedad y nuestro medio ambiente deben enfrentarse para la preservación de la vida y del Planeta. El espacio educativo resulta crucial a la hora de confrontar estos desafíos y colaborar en la búsqueda de soluciones que permitan construir escenarios de compromiso y cuidado del medio ambiente y de las personas para alcanzar sociedades más justas, solidarias, prósperas, pacíficas y sostenibles. La UNESCO señala en su Informe «Replantear la educación, ¿Hacia un bien común mundial?»[1] que «habida cuenta de la necesidad de un desarrollo sostenible en un mundo cada vez más interdependiente, la educación y el conocimiento deberían considerarse bienes comunes mundiales».
Asimismo, el nuevo marco global sobre el que camina la humanidad es la Agenda 2030. En el contexto de cambio e incertidumbre en el que vivimos, la Agenda se convierte en la nueva hoja de ruta hacia la que converger para afrontar estos retos que la humanidad tiene delante. Este espacio común del que nos hemos dotado (los ODS) no solo debe centrar su trabajo en estas metas, sino en una nueva narrativa de progreso humano y sostenible.
No es casualidad que la fecha de inauguración de este evento fuera el 22 de abril «Día Internacional de la Madre Tierra». La sociedad en su conjunto precisa que los centros educativos sean motores de cambio en los que se redefinan los nuevos paradigmas que enfrenta la educación sostenible, y que se conviertan en lugares donde la creatividad y la capacidad de adaptación a los nuevos escenarios a los que hace frente nuestra civilización alumbren modelos nuevos, más justos, más sostenibles basados en la cooperación, el respeto, la compresión de la naturaleza y sus equilibrios, y que permitan dibujar un futuro esperanzador en donde tengan cabida todos los seres vivos habitantes del planeta Tierra.
La nueva LOMLOE recoge este enfoque y reconoce la importancia de atender al desarrollo sostenible de acuerdo con la establecido en la Agenda 2030, señalando que la educación para el desarrollo sostenible ha de incluirse en los planes y programas educativos de la totalidad de la enseñanza obligatoria incorporando los conocimientos, capacidades, valores y actitudes que necesitan todas las personas para vivir una vida fructífera, adoptar decisiones fundamentadas y asumir un papel activo (tanto en el ámbito local como mundial) a la hora de afrontar y resolver los problemas comunes a todos los ciudadanos del mundo. Este seminario pretende enmarcar el desarrollo sostenible en la acción educativa desde una óptica reflexionada, y que valore la importancia del contexto social y ambiental como ejes transformadores de una nueva educación.
Con este propósito, el seminario, organizado por el Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP), tiene como objetivos: impulsar la comprensión y el conocimiento sobre los principios clave y conceptos de la Educación para el Desarrollo Sostenible; dar a conocer redes, proyectos, agentes implicados y propuestas enmarcadas en los enfoques educativos que promuevan tanto la Educación para el Desarrollo Sostenible como que inspiren a la comunidad educativa en los ámbitos formal e informal; poner en valor la Educación para el Desarrollo Sostenible y las estrategias necesarias para el desarrollo de sociedades sostenibles, inclusivas, equitativas y justas, y reorientar las perspectivas de los participantes hacia una cultura de sostenibilidad a través del análisis crítico y reflexivo de la problemática socio-ambiental actual.
El seminario pretende mostrar una cara de la educación basada en los valores, ofreciendo un espacio de construcción colectiva de la misma, para poder mostrar múltiples visiones educativas que permitan al alumnado construir su propia perspectiva de la sociedad, que debe servir para trabajar de manera conjunta hacia el bien común. También, se busca analizar cómo trabajar a través de la colaboración mediante redes mostrando el buen hacer que la escuela tiene actualmente y, finalmente, concretando cómo la escuela debe convertirse en ese espacio transformador, no solo a nivel educativo, sino liderando el espacio social que le corresponde en consonancia con los compromisos de la Agenda 2030.
Es necesario repensar cuál es el propósito último de la educación para reflexionar sobre el concepto de educación. Por esto, el enfoque de la Educación para el Desarrollo Sostenible debe trabajar para generar una ciudadanía responsable y comprometida, y que trabaje por la generación de una sociedad incluyente, sostenible y para las personas, concretándose como un espacio transformador en el que las transiciones ecosociales sean pensadas y permitan contrarrestar un posible cambio de ciclo histórico que el binomio energía-clima puede provocar, y que podremos enfrenar mejor en el contexto de la sostenibilidad.
[1] https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000232697