Día de los Archivos 2024
Con motivo de la Semana Internacional de los Archivos (3-9 de junio de 2024), desde el Archivo Central del Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes (#ACME), nos sumamos a esta gran celebración, junto con otros Archivos ubicados en Alcalá de Henares.
Para ello, os invitamos el día 7 de junio a realizar una visita guiada conjunta a las 3 instituciones archivísticas que compartimos sede en Paseo de Aguadores, 2, Alcalá de Henares: Archivo General de la Administración (AGA), Centro de Información Documental de Archivos (CIDA) y Archivo Central del Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes (ACME). Más información
Horario: 10:00 h. (duración aproximadamente 2 h.). Entrada libre hasta completar aforo
¡VEN A VISITARNOS!
#ACME #IAW2024 #CiberArchivos
En cumplimiento de la Orden de la Dirección General de Bellas Artes de 19 de febrero de 1932 se encomendó al Inspector General de Archivos, Miguel Gómez del Campillo, realizar la visita al Archivo del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, ubicado en ese momento en calle Alcalá 34 y anteriormente unido al Archivo del Ministerio de Fomento en Paseo de Atocha 1.
Sobre esta visita conservamos dos documentos: el Acta de la misma y la Memoria presentada por el inspector a la Dirección de Bellas Artes. En la primera se narra el discurrir de la visita y se hacen constar las quejas y peticiones del jefe del Archivo, el señor Julio Iglesias; así como los comentarios del citado inspector.
Descubrimos así que el archivo todavía se encontraba sin trasladar por completo, pues unos 800 legajos y 2.000 libros se habían quedado en el Archivo del Ministerio de Fomento. Igualmente, se constata que en su nueva ubicación el espacio para la documentación era insuficiente. Así lo expresa el inspector: “El local que se destinó a Archivo en los sótanos, reúne pésimas condiciones para el objeto a que se ha destinado, falta de espacio, de luz, de ventilación y de la suficiente calefacción, es imposible permanecer allí varias horas trabajando” (página 1-r del Acta). Por si esto fuese poco, el Archivo se hallaba abierto a la calle, pues carecía de puertas.
Debido a estas deficiencias en las instalaciones, las oficinas de personal tuvieron que instalarse en el despacho de Don José Garzón, jefe de la Sección 18 del Ministerio, lo cual dificultaba el trabajo de los diferentes funcionarios: “la convivencia de funcionarios de distintas secciones en una misma habitación, es perjudicial para la marcha de los servicios de ambas oficinas, pues una y otra lo mismo que sus funcionarios, por la índole de las tareas que les están encomendadas requieren una libertad y separación absolutas” (página 2 del Acta).
En la memoria, fechada el 4 de marzo de 1932, Gómez del Campillo se queja amargamente del mal trato que reciben en general los Archivos y su personal: “Es criterio (…) de que el local destinado a Archivos debe ser, sin discusión, el peor de los edificios públicos, el que nadie quiere y no sirve siquiera para habitación de espera de los porteros, o almacenes de trastos viejos. (…) Si de los locales pasamos a las personas, (…) es también creencia general que los Archiveros somos seres de distinta especie, no ya solo en remuneraciones sino en la comodidad y decencia de sus oficinas, y aún en la consideración personal” (páginas 1 y 2 de la Memoria).
Finalmente, en base a estas circunstancias, traslada a la superioridad las peticiones de Julio Iglesias: terminar el traslado del Archivo, hacer efectivo el crédito ya concedido de 15.340 pesetas para ampliación y cierre del mismo, instalación del personal en locales adecuados e independientes y aumento de plantilla con un facultativo mientras dura el proceso.
Dentro de las labores de descripción desarrolladas en el archivo, se está trabajando con la serie de expedientes de “Propuestas de nombramiento de maestros en escuelas de patronato y escuelas preparatorias de ingreso a centros de enseñanza media, formación profesional y educación especial” (1940-1980), generada por la Sección de Provisión de Escuelas del Ministerio de Educación Nacional.
Las Escuelas de Patronato surgen como iniciativas privadas, tanto religiosas como laicas, en las que empresas, fundaciones o congregaciones religiosas intentan dar servicio educativo. Para ello buscan la aprobación y regulación por parte del Estado, que terminará financiando muchas de ellas, dando lugar a centros públicos, privados o concertados que subsisten hasta el día de hoy (por ejemplo, La Salle). La serie descrita es la materialización de esta regulación, al generarse sus expedientes mediante la propuesta que estos patronatos hacían al Ministerio para dotar de personal docente a dichas escuelas.
El acercamiento a este fondo permite conocer el nacimiento de estos centros, situados generalmente en zonas aisladas geográficamente o dotados de menos infraestructuras gracias a la intervención de empresas agrícolas, mineras e industriales, entidades religiosas, particulares (con carácter benéfico) y/o financiadas por instituciones locales. Entre ellas encontramos la empresa Carretero y Timoner SA "CATISA" (Menorca), la empresa agrícola de la finca El Almendral (Oliva de Plasencia), la Fundación Revilla-Gigedo (Gijón), la Diputación Provincial de Lugo, la Explotación Agrícola Cortijo Villalba y El Ramio (Cantillana), el Patronato Diocesano de Educación Primaria del Arzobispado de Burgos etc.
En algunos casos se incluye la orden de creación del patronato o de las escuelas, pero, en su mayoría, encontramos la propuesta de nombramiento de los maestros acompañada de la documentación que les acredita (hoja de servicios, carta de presentación etc.) y su nombramiento con el destino asignado (escuela y localidad).
Fruto de estas iniciativas también vieron la luz escuelas preparatorias para el ingreso a los Institutos de Enseñanza Media, Conservatorios de Música y Escuelas de Artes y Oficios. Entre ellas encontramos algunas como la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Jerez de la Frontera, el Conservatorio de Música Manuel de Falla de Cádiz, el Instituto Nacional de Enseñanza Media Ramiro de Maeztu de Vitoria etc.
El estudio de estos expedientes permitirá al investigador adentrarse, no sólo en el origen de instituciones educativas actuales, sino en el papel clave desempeñado por empresas y organizaciones en el fomento de la educación en diferentes ámbitos.
#ACME
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Este expediente relata un procedimiento archivístico datado a inicios del siglo XX: el expurgo llevado a cabo en el Archivo Central del Ministerio de Fomento entre los años 1909 y 1911, localizado en nuestros fondos. Dicho proceso, hoy completamente normalizado dentro de las directrices archivísticas internacionales, gozaba de un estatus primigenio en el momento en que fue establecido en las fechas que marcan los documentos. Este trabajo muestra una labor que pronto se convertirá en práctica indispensable para la conservación y funcionamiento de los archivos.
Hoy en día el expurgo es denominado eliminación, explicando que se trata del “proceso consistente en la destrucción de documentos o en la baja o borrado de un sistema informático, una vez analizados sus valores (administrativo, jurídico, informativo, histórico, testimonial) que permitan constatar su inutilidad a todos los efectos y tras un procedimiento reglado de valoración”[1].
El expediente está conformado por varias comunicaciones entre el propio Archivo y la oficina del Negociado Central de las que podemos extraer cómo fue llevada a cabo la eliminación de la documentación. El expurgo propuesto por el jefe del archivo tenía dos posibles vías, la quema de los documentos o su venta, siendo la primera la opción escogida.
Según narra el escrito, el 15 de febrero de 1911 se procedió a la quema en el horno de calefacción del Ministerio. Todo marchaba con orden hasta que, tras 59 legajos, los allí presentes advirtieron el peligro de provocar un incendio en el edificio, pues el tiro de la chimenea aumentó en exceso y empezó a arrojar pavesas ardiendo, con el pernicioso efecto que podría conllevar. Por ello, decidieron frenar la incineración y, con ello, el expurgo. A esta exposición le sigue una minuta que resuelve el acontecimiento: El Negociado Central, con fecha de 2 de marzo de 1911 comunica al jefe del archivo que por Real Decreto se proponía la cesión de los documentos sin incinerar a Antonio Bernaldo de Quirós, funcionario que se haría cargo de eliminarlos “en sitio adecuado y con las seguridades y garantías debidas”. Esta cesión queda confirmada por nota manuscrita del propio Antonio Bernaldo y referenciada en minuta del jefe del Archivo fechada el 6 de marzo de 1911, finalizando así el citado expediente.
A continuación, ponemos a disposición del usuario la digitalización completa del expediente pinchando sobre la imagen y su transcripción en PDF al término del texto.
Para su referencia, se deberá utilizar la signatura de archivo siguiente: [MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y FORMACIÓN PROFESIONAL, Archivo Central del Ministerio de Educación y Formación Profesional (ACME), ES 28005, ACME/Caja 122858 - Informe de expurgo del Archivo 1909-1911.]
[1] Modelo de Gestión Documental de la RTA, “Directrices-Eliminación de documentos”, Red de Transparencia y Acceso a la información, http://mgd.redrta.org/directrices-eliminacion-de-documentos/mgd/2015-01-20/125928.html#vtxt_cuerpo_T0 [Consultado el 9 de febrero de 2023]
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