20/02/2021
Actualidad
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El 20 de febrero se celebra el Día Mundial de la Justicia Social. Este día, acordado en la Resolución aprobada por la Asamblea General el 26 de noviembre de 2007, reconoce que «el desarrollo social y la justicia social son indispensables para la consecución y el mantenimiento de la paz y la seguridad en las naciones y entre ellas», así como que «el desarrollo social y la justicia social no pueden alcanzarse si no hay paz y seguridad o si no se respetan todos los derechos humanos y las libertades fundamentales».
Pero la justicia social va más allá de esta declaración. Aun existiendo la declaración universal de los derechos humanos, estos deben poder ser garantizados. Aquí entra en juego la justicia social como garante de ese ejercicio de derechos, avanzando, de esta forma, hacia una mayor dignidad de las personas, sobre todo en el contexto actual determinado por retos complejos y cambios y, asimismo, por la gran inestabilidad, incertidumbre y retroceso de estos derechos. En este sentido la educación cobra un papel especialmente importante como elemento de justicia social. Como establece el ODS 4, es necesario poder garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos. Solo de esa manera todos los niños y niñas, incluso cualquier persona, podrán formarse en condiciones de lograr la ansiada igualdad de oportunidades, alcanzar su máximo potencial y, además, construir sociedades más pacíficas y sostenibles.
Para incorporar la justicia social se puede explorar una doble vertiente: la relacionada con la educación en valores; y desde otra perspectiva, la de generar capacidades de incidencia y transformación social en el propio alumnado. Estos elementos forman parte de la educación para la ciudadanía global, que enarbola la justicia social como uno de los principios más destacados que su enfoque incorpora, humanizando la educación, pensando en crear sociedades desarrolladas armoniosas que eviten la pobreza y la desigualdad en todas sus formas, y que promuevan la paz como espacio único donde desarrollarnos equitativa y sosteniblemente.
De esta manera, el alumnado podrá alcanzar conocimientos que le permitan contemplar el mundo con todas sus interdependencias e interconexiones y puedan, así, alcanzar las habilidades y capacidades que le permitan transformarlo y mejorarlo.