Entender y potenciar el aprendizaje creativo

La enseñanza ha experimentado una gran transformación en la manera de transmitir los conocimientos, acomodándose al cambio cultural que se ha producido en nuestra sociedad motivado por factores como la diversidad cultural y la aparición de Internet, que ha posibilitado la utilización de nuevos dispositivos y recursos educativos. Aun así, la memorización y el aprendizaje por repetición siguen estando muy presentes en las propuestas didácticas actuales. Para muchos pedagogos y docentes, la respuesta a esta necesidad de cambiar la forma de adquirir conocimientos se encuentra en el aprendizaje creativo.

En el libro El ADN del aprendizaje creativo se define este tipo de aprendizaje desde el punto de vista neurocientífico como cualquier variación en las redes sinápticas, producidas por la percepción de nuevos estímulos, bien provenga del mundo exterior o del mundo interior. A través del aprendizaje y con la ayuda de la memoria vamos construyendo nuestra realidad. Así, el aprendizaje creativo se fundamenta en dos razones: en principio, por la estabilidad que adquiere lo aprendido y sus posibilidades de uso en nuevas situaciones y, en segundo lugar, por el impacto que este tipo de aprendizaje tiene para el desarrollo del alumno, especialmente para el desarrollo de otros aspectos de su subjetividad. Por lo tanto, el aprendizaje creativo funciona no recibiendo sino interactuando, haciendo aquello que se aprende, de tal forma que se recuerde mejor. Se generan ideas propias sobre lo estudiado, ideas que, al trascender, expresan la novedad como característica esencial de la creatividad. De esta forma, surgen nuevas alternativas, ideas o imágenes sobre el contenido en cuestión.

Para Nacho Ros, autor de ImaginAcción: de la imaginación a la acción en la educación , la visualización creativa facilita la generación de un estado emocional positivo, que se centra en el desarrollo de la creatividad como punto de partida del aprendizaje para llevar a un pensamiento abierto, optimista, creativo y flexible que contribuye al bienestar del alumno. Para ello desarrolla un método formado por cinco etapas:

• Imaginar, con la ayuda de historias, vídeos o charlas para reflexionar sobre la historia y las emociones que produce.
• Explorar, mediante ejercicios y actividades que provoquen el deseo por aprender.
• Crear, a través de un proyecto libre que elija el alumno.
• Cooperar, mediante la formación de equipos.
• Compartir, con la incorporación de técnicas creativas y experiencias.

Y para fomentar esta creatividad es fundamental crear un clima propicio. La obra El aprendizaje de la creatividad identifica algunos elementos clave para configurar un entorno creador en el aula: formar grupos de mesas, contar con distintos materiales, obras de consulta y trabajos expuestos en las paredes, crear rincones temáticos o zonas de relajación y que la clase sea un espacio cálido, agradable, con luz natural y colores estimulantes. Aunque lo esencial es que los profesores generen ambientes de comunicación donde los alumnos se sientan acogidos, estimulados para que expresen sus opiniones, emociones y sentimientos y que éstos se asuman como parte del proceso de aprendizaje. Para sus autores existen unos rasgos que caracterizan una personalidad creativa y que todas las personas poseemos en menor o mayor medida:

• Actividad frente a pasividad.
• Expresividad frente a mutismo.
• Innovación frente a repetición.
• Descubrimiento de posibilidades frente al síndrome de impotencia adquirida.
• Apertura frente a cerrazón.
• Independencia crítica frente sumisión intelectual.
• Autonomía frente a dependencia.

Además de estos rasgos, existen diversos tipos de pensamiento que favorecen la creatividad y que exponen los autores de El aprendizaje creativo: 10 ideas clave , serían:

• El pensamiento holístico, que percibe las cosas en su conjunto y no analiza sus partes, lo que permite considerar las distintas situaciones y oportunidades como un todo.
• El pensamiento divergente, con el que se consigue explorar todas las soluciones para enfrentar una circunstancia, y así generar multitud de ideas creativas y originales.
• El pensamiento lateral, entendido como un conjunto de métodos de pensar que permiten cambiar conceptos, modificar percepciones y aumentar la creatividad.

Y para potenciar la intervención de estos tipos de pensamiento, los docentes pueden recurrir a estrategias como la gamificación, el design thinking, el Aprendizaje Basado en Problemas (ABP), la Resolución Creativa de Problemas (CPS) o el aprendizaje cooperativo, entre otras.

En este contexto, los profesores dejarán de ser meros transmisores de conocimientos, y se convertirán en facilitadores del aprendizaje que enseñen a los alumnos a comprender, reflexionar y pensar sobre los nuevos conocimientos para formar ciudadanos capaces de tomar decisiones creativas, constructivas y coherentes y se cuestionen la realidad con la finalidad de dar nuevas respuestas ante todo tipo de situaciones.