Competencia lectora y bienestar infantil en la Unión Europea

La Comisión Europea ha publicado en 2023 el informe Competencia lectora y bienestar infantil en la Unión Europea (Children’s reading competence and well-being in the EU. An EU comparative analysis of the PIRLS results). Un análisis comparativo de los resultados PIRLS en 19 estados miembros de la Unión.

Cada cinco años desde 2011 la Agencia Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo (IEA) lleva a cabo el Estudio Internacional de Progreso en Comprensión Lectura (PIRLS, de sus siglas en inglés) que mide y compara el rendimiento en comprensión lectora del alumnado de 4º grado (normalmente el que tiene entre 9 y 11 años) de diferentes países.

Más en concreto, PIRLS evalúa las destrezas en comprensión lectora del alumnado mediante diferentes tipos de textos y su habilidad para interpretar y analizar la información presentada en formato escrito. Además, se recogen datos sobre varios factores de contexto que pueden influir en el rendimiento lector. Los datos se recaban a través de tres cuestionarios dirigidos respectivamente al alumnado, al profesorado y al entorno familiar.

El informe presentado por la Comisión Europea se centra en la comparación de los resultados de 19 estados miembros que realizaron PIRLS a finales del año escolar 2020-2021 y se estructura en tres partes: la primera se ocupa del rendimiento lector del alumnado de primaria, concretamente del que cursa el 4º curso; la segunda está dedicada a cómo influye el bienestar escolar en el rendimiento lector; y, por último, la tercera trata sobre las medidas que pueden mejorar tanto el rendimiento lector como el bienestar de las niñas y niños en el entorno escolar.

El primer resultado destacado en el informe es que casi todos los países participantes registran resultados por encima del punto internacional de referencia (500 p.). Si se observa en detalle, casi la mitad de los sistemas educativos evaluados experimentaron una evolución positiva entre 2011 y 2016 (Eslovenia, Italia, Austria, Suecia, Bulgaria y España), el resto ya habían comenzado una tendencia decreciente. En el periodo 2016-2021, solo el sistema educativo francés presenta una ligerísima mejoría, mientras que la tendencia descendente se expande.

PIRLS establece cuatro niveles de rendimiento lector: bajo, intermedio, alto y avanzado. En el periodo analizado ningún país ha conseguido reducir el porcentaje de alumnado que alcanza un rendimiento bajo y en muchos casos ese porcentaje se ha incrementado notablemente, mientras que la tasa de alumnado con el máximo rendimiento se ha reducido.

Los resultados muestran que las chicas alcanzan mejores datos que los chicos en los 19 sistemas educativos europeos. Esta brecha de género existía ya en el periodo 2011-2016 en todos los países participantes, sin embargo, se aprecia una reducción de la diferencia entre niñas y niños en varios sistemas educativos.

Por lo que respecta al uso de dispositivos digitales en la escuela, los datos de algunos países apuntan a que su empleo moderado puede tener ventajas sobre el uso excesivo o el no uso, mientras que en unos pocos sistemas educativos la ausencia de su empleo está asociada a un mayor logro lector. En todo caso, estos datos, tan irregulares entre sistemas educativos, subrayan la importancia de tomar en consideración otros factores a la hora de valorar el empleo de dispositivos digitales en el aula.

Uno de los datos más reveladores del informe es el que establece que el estatus socioeconómico resulta un indicador sólido del rendimiento lector. Las investigaciones han demostrado fehacientemente una asociación positiva entre el nivel socioeconómico del alumnado y sus logros académicos en todas las edades. Los resultados obtenidos en PIRLS 2021 no vienen sino a respaldar la evidencia científica existente: en los 19 sistemas educativos la diferencia de rendimiento lector entre el alumnado con mayor estatus socioeconómico y aquel con un estatus bajo alcanza una diferencia de 80 puntos.

La segunda parte del informe trata la relación entre bienestar infantil y logro en lectura. Para ello, PIRLS 2021 trató el bienestar en relación con tres factores principales: el sentido de pertenencia, el acoso y un estilo de vida saludable. Sentirse integrado en el colectivo escolar tiene una relación clara con el rendimiento lector: la diferencia entre los menores que sienten pertenecer a su escuela y quienes no experimentan ese sentir puede medirse en la mayoría de los sistemas educativos analizados y supera los 20 puntos en la mitad de ellos. Por otro lado, las investigaciones demuestran que el acoso, en sus diferentes manifestaciones, provoca un efecto negativo directo en el bienestar de las niñas y niños. De acuerdo con PIRLS 2021, entre el 25 y el 60 % del alumnado infantil ha sufrido alguna forma de acoso, aunque con frecuencia variable. El informe afirma que existe una asociación negativa manifiesta entre la frecuencia del acoso y el rendimiento lector; si bien, no puede inferirse que haya una relación causal entre el acoso y el logro en lectura, sino que hay otros factores negativos coadyuvantes. En todo caso, los bajos rendimientos escolares y el acoso van de la mano, situación que requiere la adopción de políticas concretas. Por último, dentro de este apartado dedicado al bienestar, queda demostrado que un estilo de vida saludable constituye un elemento clave para el bienestar de los más pequeños. Tanto el hambre como una situación de privación material severa pueden tener graves consecuencias en la concentración, el rendimiento, la memoria, la motivación, el comportamiento y las relaciones entre iguales. Así, los datos del informe muestran que, en todos los sistemas educativos, un amplio porcentaje del alumnado —que en algunos casos supera el 30 %— manifiesta que con frecuencia se sienten hambrientos o cansados cuando llegan a la escuela, condiciones desfavorables que están asociadas negativamente con el rendimiento lector.

Finalmente, el informe concluye con una valoración sobre las medidas más eficaces para contrarrestar la tendencia negativa y fortalecer la comprensión lectora. Esas medidas, que implican a la escuela, a la familia y a los responsables políticos, deben atender a las necesidades del alumnado, que es el protagonista del proceso de aprendizaje lector y deben dirigirse, tanto de manera global como específica, a compensar el desequilibrio entre estatus socioeconómicos diferentes, facilitar y promover el acceso a los libros y la cultura, propiciar condiciones materiales y de salud física y mental sobre las que se sostenga el bienestar infantil, atender a la población escolar marginal y desfavorecida, a mejorar de la convivencia escolar y a prevenir, de manera efectiva, el acoso y la violencia escolar.