22/11/2021
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Entre el 31 de octubre y el 13 de noviembre, después de un año de aplazamiento por la crisis generada por la pandemia del COVID-19, la cumbre del clima, la COP26, se ha celebrado en Glasgow (Escocia) dentro del marco de Naciones Unidas.
La COP (Conferencia de las Partes) es una reunión internacional organizada por la ONU para tomar decisiones políticas frente al calentamiento terrestre que, implícitamente, reconoce que la manera de producir los bienes de consumo y la forma de vida de la humanidad amenaza nuestro futuro.
La idea de la creación de la COP surgió en 1992 durante la celebración de la Cumbre para la Tierra. La primera se celebró en 1995 y desde entonces han tenido lugar 25 ediciones hasta la actual en la que han participado 197 países.
De todas las COP que se han celebrado, dos de ellas han sido especialmente significativas: la de 1997, que supuso la aprobación del Protocolo de Kioto y la de 2015, que culminó con la firma del Acuerdo de París, en vigencia en la actualidad. También cabe destacar la COP25, celebrada en 2019 Madrid, de la que resultó el acuerdo «Chile-Madrid Tiempo de Actuar», y en la que, por una parte, se sentaron las bases para que los países sean más ambiciosos ante la emergencia climática y, por otra, se manifestó la «urgente necesidad» de aumentar los compromisos para detener el incremento de la temperatura global.
Fuente imágenes: Naciones Unidas
La última, la COP 26, ha reunido a líderes políticos, técnicos, ciudadanos y comunidades vulnerables frente al cambio climático para intentar frenar el aumento de la temperatura media del planeta y contenerla en 1,5 grados centígrados por encima de la existente en la época preindustrial conectando con los objetivos ya establecidos en la COP25.
En Glasgow se han revisado los acuerdos de París con el ánimo de incrementar el recorte de emisiones responsable del aumento de la temperatura. Los y las activistas han estado muy presentes en las calles reclamando avances en la toma de decisiones. Los problemas surgidos de la falta de acuerdos entre los países participantes han obligado a retrasar más de 24 horas el cierre de la cumbre.
En el marco de la COP26 también se ha destacado el papel de la educación. Como resultado de los encuentros en el ámbito educativo se han suscrito las Conclusiones de los representantes de la cumbre de Ministros de Educación y Medio Ambiente en la COP26, «Aprende por nuestro Planeta, actúa por el clima». En este documento, entre otros compromisos, destacan la mejora la colaboración multisectorial y de las múltiples partes interesadas con una asociación sólida entre los sectores de educación y medio ambiente, así como el compromiso de trabajar con las diversas partes interesadas, incluidos los jóvenes, para garantizar que las políticas y los cambios propuestos respondan adecuadamente a las necesidades y experiencias vividas de todas las comunidades.
La clausura de la cumbre ha supuesto una serie de avances reflejados en lo que se ha venido a llamar Pacto Climático de Glasgow, entre los que sobresalen: un acuerdo sobre el Artículo 6 del Acuerdo de París para crear un mercado global de emisiones de dióxido de carbono, el compromiso de reducir gradualmente el uso del carbón, y un pacto para reducir las emisiones de metano un 30% para 2030 o frenar y revertir la deforestación.
Si bien se ha renovado el compromiso de destinar 100.000 millones de dólares al año por parte de los países más ricos a los más desfavorecidos hasta 2025 para abordar la mitigación y la adaptación climática, entre los temas pendientes que quedarán para la siguiente cumbre se encuentra concretar las ayudas económicas de los países ricos a los más pobres para hacer frente a los daños causados por la crisis climática.
Los últimos estudios revelan que para 2030, si no mejoran los compromisos actuales, el planeta se calentará de 2,4 a 2,7 grados centígrados, lo que dibuja un escenario de catástrofe climática. La próxima cumbre, la COP 27, que tendrá lugar en Egipto, tiene como reto solucionar esta situación.