José Tejada FernándezSalto de línea Universidad Autónoma de Barcelona. Departamento de Pedagogía Aplicada. Barcelona. España.
10.4438/1988-592X-RE-2011-354-018
La evaluación de las competencias es una de las tareas importantes, sino lo que más, a la hora de acometer los procesos de formación por sus propias características e implicaciones. La asunción de la acción y el contexto hacen que no sea suficiente con verificar la integración de los saberes constitutivos de la misma en la situación formativa, sino que tenemos que igualmente integrar el contexto de acción donde se activa y evidencia para poder concluir que una persona dispone de la misma. La consecuencia de ello es que tenemos que integrar los contextos no formales e informales en los dispositivos de evaluación de la competencia. En este trabajo, tratamos de reflexionar sobre cómo ha de darse dicha integración, a la par que tratamos de apuntar algunos de los instrumentos de evaluación de competencias que propicien las evidencias necesarias. Partimos del principio de la multivariedad y triangulación instrumental, que nos lleva a integrar y, por tanto, conjugar coherentemente diferentes modos de recoger evidencias sobre los objetos de evaluación pretendidos. En este sentido, las evidencias se pueden relacionar con el tipo de saber que queremos evaluar (conocimientos, procedimientos, actitudes…). La clasificación propuesta se basa en la pirámide de Miller (1990), partiendo de instrumentos relacionados con lo que se sabe, sabe cómo, demuestra cómo y hace un individuo en situaciones de actuación profesional. Sirva como reflexión final que la selección y uso de instrumentos de evaluación está relacionado con qué y cuánta evidencia es suficiente para evaluar en los escenarios socioprofesionales. No debemos olvidar en esta dimensión instrumental el nivel de precisión y la cantidad de riesgo que es aceptable. Es decir, si queremos ser precisos y correr pocos riesgos el dispositivo instrumental debe ser amplio y multivariado, a la par que hay que garantizarle validez, confiabilidad, flexibilidad e imparcialidad.
Competencia profesional, evaluación, evidencias de competencia, instrumentos de evaluación, educación no formal.
Cooperative learning in the initial training of Secondary School teachers
Competence evaluation is one of the most important tasks–if not the most important task of all–to undertake in educational processes, because of the inherent characteristics of competence evaluation and its implications. Action must be assumed, and context must be taken into account. It is therefore not enough to verify that the knowledge constituting a skill has been integrated in an educational setting. The context of action where the competence is activated and manifested must be integrated as well before it can be concluded that a person has that competence. The result is that non-formal and informal contexts must be integrated into our devices for competence evaluation. This paper reflects upon how to integrate these extra contexts and singles out some of the skill assessment tools that make it easier to find the evidence needed. It begins with the rule of multiple tool variety and triangulation, under which one must integrate and therefore consistently coordinate different ways of collecting evidence of the targets of assessment. Relationships can then be found between the evidence and the type of knowledge to be assessed (e.g., knowledge, procedures, attitudes). The proposed classification is based on Miller’s pyramid (1990), using instruments related to what an individual knows, knows how to do, shows how to do and does in professional performance situations. There is one final reflection: The selection and use of assessment tools is related to what and how much evidence is sufficient to conduct assessments in social and occupational settings. The acceptable level of accuracy and the acceptable amount of risk must not be neglected in this respect. That is, if one wants to be accurate and run little risk, one’s tool should be broad and multivariate, and one must at the same time ensure the tool’s validity, reliability, flexibility and impartiality.
Occupational skill, evaluation, evidence of competence, assessment tools, non-formal education.