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Devolver la educación a lo común: echando cuentas juntos en la escuela contemporánea

Autores

Amanda FulfordSalto de línea Edge Hill UniversitySalto de línea

DOI

10.4438/1988-592X-RE-2022-395-525

Resumen

Este artículo aborda directamente la cuestión de cómo podemos considerar lo que cuenta en la escuela contemporánea; de cómo vamos a definir lo que cuenta para nosotros. Esto, a su vez, abrirá las posibilidades de ver las prácticas de enseñanza y aprendizaje como una contribución a la construcción de bienes comunes. Partimos de la etimología de “contar”. Del latín computare, está impregnada de un sentido de cálculo o enumeración (como los resultados, las calificaciones, la posición en la tabla clasificatoria, etc. en el contexto de la escuela). Pero hay otro sentido del verbo que también sugiere un “considerar con” o “considerar conjuntamente”. Por lo tanto, "contar" también está fuertemente relacionado con las ideas de “juzgar o considerar junto a otros”. Para seguir explorando cómo definimos juntos lo que cuenta en la educación, el artículo recurre a la obra del filósofo estadounidense Stanley Cavell y a sus exploraciones de los criterios y el juicio en el capítulo inicial de su obra cumbre Reivindicaciones de la razón (1979). Al hablar de los criterios wittgenstinianos en el lenguaje, y de lo que, para Wittgenstein, “contaba” como algo, Cavell señala que la fuente de autoridad de Wittgenstein es siempre el "nosotros" (la comunidad de usuarios del lenguaje); es siempre el “nosotros” quien establece los criterios investigados. Cavell parte de esta discusión para examinar la fórmula: “Decimos” en apelación al lenguaje ordinario. Al decir esto, argumenta Cavell, estamos lanzando una invitación al otro para ver si puede aceptar lo que decimos, o la forma en que vemos las cosas. El hecho de que lo hagamos juntos señala nuestra pertenencia a una polis: Nuestra búsqueda de criterios en base a los cuales decimos lo que decimos, son reivindicaciones a la comunidad” (Cavell, 1979, p. 20). Definir lo que cuenta para nosotros (echando cuentas de manera conjunta) es la forma en que descubro mi posición con respecto a estos hechos” (ibid., p. 25). El artículo defiende que ofrecer esta invitación a que otros vean las cosas como nosotros las vemos (consentir en los criterios) —o, a la inversa, disentir en los criterios— es un momento pedagógico. En el contexto de la educación, puede ser una práctica, enraizada en enfoques dialógicos, que rompe el modelo de transmisión de la educación y la precedencia de los resultados. Aceptar la invitación a dialogar juntos, y considerar a qué podemos dar nuestro consentimiento (y de qué debemos disentir), es una forma de hacer realidad las promesas democratizadoras de la educación que tiene profundas implicaciones para la pedagogía, así como para la construcción de bienes comunes.

Palabras clave

comunidad, criterios, común, Cavell, proclamación, devolver, cuenta, sintonización, consentimiento.

Abstract

This article addresses directly the issue of how we might consider what counts in contemporary schooling; of how we go about working out together what counts for us. This will, in turn, open up possibilities for seeing the practices of teaching and learning as making a contribution to the construction of common goods. It begins from the etymology of “to count”. From the Latin computare, it is imbued with a sense of calculating or enumerating (such as resultsre, grades, league table position etc in the context of schooling). But there is another sense of the verb which also suggests a “reckoning among”, or “reckoning together”. To “count” is, therefore, also strongly related to ideas of “judging or considering along with others”. In further exploring how we work out together what counts in education, the article turns to the work of the American philosopher, Stanley Cavell, and to his explorations of criteria and judgement in the opening chapter of his seminal work The Claim of Reason (1979). In discussing Wittgenstinian criteria in language, and of what, for Wittgenstein, “counted” as something, Cavell notes that Wittgenstein’s source of authority is always the “we” (the community of language users); it is always the “we” who establish the criteria under investigation. Cavell proceeds from this discussion to examine the formula: “We say” in appeals to ordinary language. In saying this, argues Cavell, we are issuing an invitation to the other to see if they can accept what we say, or the way we see things. The fact that we do this together signals our membership of a polis: “Our search for criteria on the basis of which we say what we say, are claims to community” (Cavell, 1979, p. 20). To work out what counts for us – through reckoning together – is the way that I “discover my position with respect to these facts” (ibid., p. 25). The article argues that to offer this invitation to others see things the way we see them (to consent in criteria) – or, conversely, to dissent in criteria – is a pedagogical moment. In the context of education, it can be a practice – rooted in dialogical approaches – that ruptures a transmission model of education and the precedence of outcomes. To accept the invitation to talk together, and to consider to what we can give our consent (and from what we must dissent), is a way of realising the democratising promises of education that has profound implications for pedagogy as well as for the construction of common goods.

Keywords

community, criteria, common, Cavell, proclaim, return, counts, attunement, consent.

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