Rafael Caballero SánchezSalto de línea Universidad Complutense de Madrid, Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, Departamento de Derecho Administrativo. Madrid. España.
10.4438/1988-592X-RE-2014-366-274
La descentralización es una de las directrices dominantes de organización de los Estados modernos para acercar el ejercicio del poder público a la sociedad. En educación, este principio permite aprovechar al máximo los efectos beneficiosos de la autonomía y la libre iniciativa de los actores educativos. Pero la descentralización tiene límites para que no llegue a disolverse la unidad misma de cada sistema educativo. Uno de ellos es la ordenación de las titulaciones oficiales, que deben estar suficientemente estandarizadas y homologadas entre sí para certificar la adquisición de determinados niveles de conocimientos y competencias con efectos oficiales. Por eso, su regulación es competencia exclusiva del Estado central. Es más, esa homogeneización tiende a trascender las fronteras nacionales, facilitando la movilidad internacional de los educandos y la libre circulación de profesionales titulados. El presente artículo analiza cómo ha afectado la descentralización administrativa a las titulaciones oficiales universitarias a raíz del proceso de Bolonia. Teóricamente se ha avanzado en la descentralización, por un lado, al dar entrada a las comunidades autónomas (CC. AA.) y a sus agencias de evaluación en el proceso de aprobación oficial de los títulos, y por otro, al potenciar la autonomía de las universidades en el diseño de sus propios títulos oficiales. Ambos tipos de medidas se han combinado con un rígido y burocratizado procedimiento administrativo de aprobación de las titulaciones, que no redunda necesariamente en su mayor calidad y que dificulta la introducción de mejoras y reformas. El resultado ha sido más bien una cierta centralización indirecta y positiva, aunque incompleta, de las titulaciones universitarias a nivel europeo en su estructura y configuración, y una centralización también indirecta, pero negativa, por la excesiva formalización del diseño de grados, másteres y doctorados
Descentralización, autonomía, liberalización, Educación Superior, titulaciones oficiales, universidades, proceso de Bolonia.
Decentralization is one of the most powerful guidelines in the organization of modern states for bringing the exercise of government authority closer to society. In education it enables the beneficial effects of autonomy and free initiative on the part of the persons and institutions involved in education to be used to their maximum advantage. But decentralization has its limits, set to preserve unity in each educational system. One such limit is the regulation of official degrees, which must be sufficiently standardized to certify the acquisition of certain levels of education and competencies. That is why the task of regulating official degrees belongs to the state. What is more, the trend of standardization is to reach the international level, to facilitate student mobility and the free circulation of graduates practicing their profession. This article focuses on the effects of administrative decentralization on official degrees as a result of the Bologna process. Theoretically progress has been made in decentralization, through allowing Spain’s sub-national (regional) administrative authorities and their assessment agencies to participate in the degree approval process, and through empowering universities to design their own official degrees. Both measures are combined with a rigid, red tape-bound administrative procedure for degree approval that does not necessarily enhance quality but instead complicates improvements and reforms. The result has been an indirect positive albeit incomplete centralization of the degree structure at the European level and an indirect negative centralization due to the excessive formalities constraining the design of bachelor’s, master’s and doctorate degrees.
Autonomy, Liberalization, Higher education, Degrees, Universities, Bologna process.