En la mesa redonda «Recursos para desarrollar la convivencia positiva y la cultura de paz» participaron Itsaso Andueza, Miguel Ángel Modrego, Àngels Grado y Victorino Mayoral.
Itsaso Andueza defendió que los derechos humanos no se pueden abordar en la escuela de una manera superficial, sino que se deben trabajar con recursos pedagógicos, que define como «instrumentos u objetos que puedan servir para que, mediante su lectura o participación, se ofrezcan oportunidades para aprender sobre los derechos humanos o bien con su uso se intervenga en el desarrollo de la enseñanza de los mismos».
Miguel Ángel Modrego nos habló del proceso largo y complejo de mejora de la convivencia que necesita de la generosidad y del aprendizaje mutuo como cambio de la transformación.
Asimismo, resaltó, entre otros temas: la importancia del personal no docente que trabaja en un centro; la mejora de la incorporación de las familias en la gestión de la convivencia, sobre todo en Educación Secundaria; la promoción de un buen uso de los medios de comunicación o el apoyo a las buenas prácticas en este sentido y, sobre todo, tener tiempo para escuchar a los que piden ayuda y protegerlos.
A continuación, Àngels Grado expone las competencias para convivir y comienza con una idea principal: conocimiento, reconocimiento y respeto son las premisas para trabajar la convivencia. Apuesta por un plan de convivencia de centro que sea un plan compartido y no tenga responsabilidad de una única persona o equipo, sino que sea responsabilidad de todos. Para ello, los docentes debemos ser competentes y tener voluntad de cambio, haciendo no «para» el alumnado, sino «con» el alumnado. Este cambio de mirada hará que convirtamos a los estudiantes en una ciudadanía activa, libre, responsable, justa, solidaria, humana y humanizante; comprometida con la convivencia positiva.
Por último, Victorino Mayoral explica la Red de Escuelas de Ciudadanía (REC) partiendo de la idea de la relación estrecha que existe entre la educación ético-cívica y la educación para la convivencia. Esta última es la educación cívica, educación para la ciudadanía o educación en valores (o en ética pública) que ha de acompañar al proceso de socialización de los estudiantes para que vivan en democracia.
La mesa redonda «Aprender a convivir en una sociedad global, plural y multicultural» comenzó con la intervención de Karoline Fernández de la Hoz Zeitler de OBERAXE, que nos habló de la importancia de incluir adecuadamente a las personas que vienen de otros países en nuestra sociedad para tener una sociedad democrática y pacífica. En este sentido, es fundamental que los escolares que vienen de otros países se incluyan, puesto que la escuela y el entorno familiar son los lugares donde los más pequeños aprender a convivir.
Las escuelas tienen experiencias muy valiosas de inclusión y de convivencia que el OBERAXE conoce porque trabaja con el Ministerio de Educación y Formación Profesional. Karoline Fernández de la Hoz insiste en que hacen falta políticas generales para que las aulas vuelvan a ser y sean espacios de igualdad, donde no se segregue por nivel socioeconómico, como está pasando en algunos lugares de nuestro país.
A continuación, Roser Batlle de la Red Española de Aprendizaje-Servicio, comenzó su intervención contándonos dos proyectos de dos centros educativos para ilustrar el aprendizaje-servicio: aprender haciendo un servicio a la comunidad. Con estos dos ejemplos, explica que el aprendizaje-servicio une el éxito educativo con el compromiso social, por lo que un buen proyecto de aprendizaje-servicio mejora el rendimiento académico y mejora la convivencia. Ejercer la ciudadanía, realizando un servicio a la comunidad, ayuda a mejorar la convivencia.
Roser Batlle indica que se debe fomentar la generosidad y, para ello, es preciso levantar la mirada del ombligo para mirar a los demás, para ver quién sufre, quién está lejos del bienestar, quién está solo, quién está amenazado. Los niños y niñas tienen derecho a ser educados en la generosidad. Haciendo un servicio a la comunidad, niños y niñas se empoderan, ven que los cambios de su entorno son posibles; aumenta su autoestima y su centro de atención se desplaza de su ombligo hacia los demás.
Marian Moreno, coautora del programa SKOLAE, también parrticipó en este diálogo para hablar de la necesidad de educar en la igualdad entre mujeres y hombres, puesto que no puede existir una convivencia si no hay igualdad. Para intervenir en los conflictos, tenemos que ir a las causas y los conflictos surgen de cómo nos construimos como hombres y como mujeres. Muchas veces los perfiles de agresores y víctimas de un acoso están vinculados a las diferencias de igualdad entre hombres y mujeres.
Alude a la nueva ley de Educación, LOMLOE, porque en ella se incluye la coeducación con el objetivo de cambiar el mundo simbólico de esta sociedad a un mundo igualitario. Este trabajo debe ser continuado de manera transversal a través de las competencias clave y a través del currículo de todas las etapas del sistema educativo. Por ello, es necesario generalizar el uso de un lenguaje no sexista, trabajar contra los estereotipos sexistas y dar visibilidad a la aportación de las mujeres a la cultura. Esto supone ofertar formación del profesorado para que la igualdad llegue al aula y se luche contra la diversifobia, porque la diversidad no puede ser motivo de ataque. En esto consiste el programa Skolae, en educar para la igualdad de manera sistematizada y generalizada.
Posteriormente se produce un breve debate ante la pregunta de la moderadora de la sesión, la directora general de Evaluación y Cooperación, Mª Dolores López Sanz, acerca de la nueva materia propuesta en la LOMLOE, Educación en valores cívicos y éticos, y sobre los aspectos que puede incluir el nuevo currículo para mejorar la convivencia y cualquier tipo de discriminación. Todas coinciden en la importancia de la formación del profesorado, en centrarse en las competencias clave para hacer transversal la convivencia y en hacer ver a las niñas y los niños que la educación no sólo es importante para ellos, sino también para ser útil para el mundo, para hacerlo más habitable y mejorar la sociedad.